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¿Qué tiene que ver una vértebra con la enuresis nocturna? ¿Incontinencia?

¿Qué tiene que ver una vértebra con la enuresis nocturna? 

Hay varias regiones dentro de la columna vertebral que proporcionan suministro nervioso a la vejiga y al músculo del esfínter que lo abren y lo cierran. 

Podríamos contar el caso versión técnica, como hacemos muchas veces, pero hay casos donde un testimonio dice mucho más para el entendimiento de todos.

Brenda Trudell, doctora en quiropráctica en Estados Unidos nos cuenta la historia de su paciente Kelsey.

Ella empezó a ira la consulta de Brenda con 7 años. Su madre trabajaba en el hospital local y un compañero de trabajo ya paciente de la doctora Brenda le recomendó ir al quiropráctico porque había visto muchos niños en la consulta. 

Kelsey, en su primera visita, parecía triste, más de lo que cualquier niña de 7 años debería estar. Su madre también tenía una expresión de desesperación, como si quisiera ayudar a su hija más que nada pero sin saber cómo. El motivo de la visita era principalmente por dolores de cabeza y enuresis nocturna (se hacía pipí en la cama). Ambos síntomas son inusuales para una niña de 7 años, así que nos pusimos a investigar el historial completo.

Para los dolores de cabeza, como hacía tiempo que se quejaba, le habían recetado Tylenol diariamente, durante los últimos dos años. El alivio, decía, era mínimo, pero mejor que nada. 

Tenía como 5 días semanales de 7 esos dolores de cabeza, de promedio.

Descansando en un lugar oscuro y tranquilo era como mejor estaba cuando le daban esos dolores.

También se hacía pipí varias veces por la noche, todos los días. Nunca había pasado una noche sin que eso sucediera, contaban. Y por ello no había ido a casa de algún amigo, o de un familiar cercano. Y esto lo mencionamos porque a veces no nos damos cuenta de lo importante que es una molestia hasta que nos impide hacer algo en nuestra vida ‘normal’.

En el historial también nos contó que a veces tenía dolores de barriga,  y síndrome del intestino irritable (colon irritable) y estreñimiento frecuente. 

Para esto, le habían recetado Miralax todos los días los últimos 4 meses. 

Kelsey pesaba 30kg y en un año no había aumentado nada de peso.

El parto fue vaginal con epidural, y le extirparon las amígdalas con 4 años porque estaba enferma todo el tiempo con infecciones tipo sinusitis crónica. Su madre contó que repitieron ocho veces diferentes antibióticos hasta ese momento. También tenía un como de asma y algunas alergias, así que tenía el inhalador para ‘a veces’.

Todo esto le hacía sentirse pequeña y encima tenía pesadillas. 

Su madre eliminó el azúcar y los lácteos de su dieta. 

Sus padres se divorciaron hacía poco.

Al pasar al contacto en la primera visita, después del historial, la quiropráctica se dió cuenta de que tenía subluxaciones en occiput, C1, T5, T7, L2, L3 y coxis. 

Su rango de movimiento cervical era restringido hacia un lado, e inclinaba la cabeza hacia el lado izquierdo cuando extendía hacia atrás su cuello.

Cosas que cuando vas al médico porque tu hijo de 7 años tiene dolores de cabeza o enuresis, no te miran. Porque, ¡qué tendrá que ver!

La doctora entendió porque estaba tan triste. Con 7 años, tenía más dolores y molestias que un adulto. La madre contó incluso que la habían despertado varias veces por la noche para prevenir la enuresis, limitar la ingesta de líquidos desde media tarde, poner alarmas para que ella fuese al baño, sistema de recompensas… pero todo falló y ella se sentía fatal. ¡Pobre! Y se le veía claramente, que no era para llamar la atención, cosa que ya habían ‘diagnosticado’ también… Increíble.

En la primera visita ya ajustó las cervicales superiores, y la tercera lumbar. 

10 días después volvió a su segunda visita, ya sólo había tenido un par de dolores de cabeza. Ningún dolor de estómago, y la frecuencia de enuresis había disminuido, de entre 5 y 7 veces por noche, a dos o una.

En la tercera visita, ¡ningún incidente de pipí durante las últimas cuatro noches! Y lo contó sonriendo, algo que no habían visto hasta entonces. 

Siguió yendo al quiropráctico (de hecho todavía) porque entendieron que es un mantenimiento del cuerpo, algunos de los problemas seguían un patrón: cuando se quedaba en casa del padre, la dieta era diferente y debido a esto tenía molestias digestivas que aparecían como uno o dos días después. Y seguido, dolor de cabeza. Pero al tratarlo, haces que no se queden los nervios ni las vértebras que van a esos órganos tan estancados, y previenes problemas peores. 

Finalmente, su asma y sus alergias desaparecieron, eran una simple señal esporádica de que el sistema inmunológico se estaba viniendo abajo poco a poco, tan temprano.

No sabéis la de niños que vemos con síntomas que los padres sin saber claro, han dicho que son normales hasta que eso ha empeorado y han ido al médico. Y que entonces, siendo ya tan niños, toman medicación. 

¡Medicación sin encontrar la causa, solo para paliar el síntoma! 

Eso, debería estar prohibido. Nos duele saber eso y no poder llegar a más gente, viendo que cuando acuden a cuidarse con quiropráctica, madre mía la cantidad de evolución que hay. 

Si tienes cualquier duda respecto a esto, un caso parecido, o quieres pedir visita, no dudes en escribirnos, ¡estaremos encantados de contestarte y conocerte!

 Ilustraciones: Colaboración con Möuk, creadora de Möuk Studio,
¡Gracias!

Fuente:
*Testimonio cedido de Brenda Trudell, Doctora en Quiropráctica en Estados Unidos, y colabora con la Revista Pathways, donde narró este mismo caso.