Con estadísticas como las de hoy en día sobre el alzheimer, no es de extrañar que las personas quieran hacer todo lo posible para reducir las probabilidades de formar parte de ellas.
El Alzheimer es sólo una de las causas de la demencia.
Sin embargo, también es importante tener en cuenta que la enfermedad de Alzheimer es sólo una de las posibles causas de la demencia. Es verdad que muchas personas usan los términos indistintamente. Pero el Alzheimer en realidad es responsable sólo de un 50 a 70 por ciento de los casos de demencia.
Muchas veces la demencia tiene su inicio en hechos que los científicos todavía están tratando de entender para explicárnoslos. Como las vacunas o muchos de los medicamentos recetados, sobretodo con los pacientes crónicos o fármacos de larga duración. (Leer este artículo sobre el ejemplo del omeprazol).
De hecho, la Asociación de Alzheimer que publica estas estadísticas está subvencionada por Big Pharma (en castellano ‘Grandes farmacéuticas’. Son muchas las teorías que afirman que el conjunto médico en general y las compañías farmacéuticas en particular, especialmente las grandes, actúan con propósitos siniestros y en contra del bien público.
Simplemente es una idea de negocio. Quieren que la gente crea que cada paciente con pérdida de memoria cae bajo el paraguas del Alzheimer. Así pueden venderles medicamentos que supuestamente lo abordan. Pero, ¿qué estadística real hay de personas que sí las tomas, a gente que no las toma?
Su investigación los ha llevado a un enfoque que paga dividendos: promover y desestigmatizar lo que muchos asumen como «enfermedades mentales». Haciéndolos parecer irreprensibles pero manejables con las drogas.
Muchas personas que trabajan para la Asociación de Alzheimer y organizaciones similares son personas evidentemente con buenas intenciones y que desean ayudar. Pero a menudo, desconocen la conexión con el concepto Big Pharma. O a veces, simplemente es más fácil no querer investigar y así no saber.
Nosotros mismos tenemos más control sobre la demencia de lo que nos hacen creer.
No es una coincidencia que los casos de demencia hayan aumentado durante el mismo momento en que niños y adultos están siendo vacunados en exceso (por ejemplo, la vacuna contra la gripe, ¿a alguien le suena?). Y aún así, prevalece la sobre-prescripción de medicamentos que alteran el cerebro como los antidepresivos.
Una guía de ayuda basada en un informe de la Universidad de Harvard lo admite. Según el informe, «los medicamentos son los culpables comunes en el deterioro mental». Cada vez la medicina progresa más, es decir, hay más medicamentos, y a la vez, hay más enfermedades mentales. ¿De verdad sólo es una coincidencia?
A medida que el cuerpo envejece, la efectividad del hígado cuando se trata de metabolizar los medicamentos, disminuye. Y por tanto los riñones no los eliminan tan rápido como lo hacían antes.
Esto hace que los medicamentos se acumulen en el cuerpo. Lo que significa que aquellos que toman múltiples medicamentos son particularmente susceptibles a este efecto.
Es que hasta están incluidos en la lista de medicamentos publicados en la guía de aquellos fármacos que causan síntomas similares a la demencia. Están, por ejemplo, los antidepresivos, los medicamentos contra la ansiedad o los sedantes. También los corticosteroides, los narcóticos, los antihistamínicos, los medicamentos cardiovasculares y los anticonvulsivos.
Hacer oídos sordos con los medicamentos que tomamos:
Es una gama muy amplia de medicamentos, y muchas personas mayores toman más de un medicamento de esa categoría. Seguro que o tú, o alguien cercano que conozcas, ha tomado o toma este grupo de fármacos.
Muchas veces lo sabemos, como ahora, que igual no lo sabías o tal vez sí, pero preferimos, porque es una vida más fácil, hacer oídos sordos y seguir con nuestra rutina.
Un estudio publicado en JAMA Internal Medicine correlacionó el uso de medicamentos populares como Benadryl (antihistamínico) y otros fármacos anticolinérgicos con el inicio de la demencia. Según los investigadores, los pacientes que tomaron estos medicamentos durante tres años o más tenían un 54% más de posibilidades de desarrollar el trastorno.
Las vacunas también son responsables de causar síntomas que se confunden con demencia. Las personas de 40 años son diagnosticadas cada vez más con «demencia». Y los expertos creen que los factores ambientales pueden ser responsables en estos casos. El timerosal ( un conservante a base de mercurio etílico) se usó ampliamente en las vacunas infantiles hasta 2001 y permanece en algunas vacunas, como las vacunas contra la gripe, hasta día de hoy.
Estudio:
Un estudio publicado en el Journal of Alzheimer’s Disease descubrió que la exposición al mercurio podría producir muchos de los cambios que se observan en los pacientes de Alzheimer. Incluyendo el deterioro en la función cognitiva y la memoria, así como la confusión.
El investigador Richard Deth declaró: “El mercurio está contribuyendo claramente a los problemas neurológicos, cuya tasa está aumentando en paralelo con el aumento de los niveles de mercurio. Parece que los dos están relacionados«.
Otro ingrediente común que se encuentra en las vacunas es el aluminio. Y también se ha relacionado con la demencia.
Concepto Big Pharma:
Es una manera muy inteligente de mantener la máquina de dinero que tienen en funcionamiento. Si entendemos el concepto Big Pharma:
Convencer a las personas de que necesitan vacunas o medicamentos. Y cuando esas vacunas o medicamentos causan más efectos secundarios y enfermedades, vender aún más medicamentos para contrarrestarlos.
Y lo mejor o peor de esto, según quien lo mire, es que a consecuencia del deterioro mental también aparecen el cansancio, la fatiga, y la falta de energía. Todo ello reduce las posibilidades de que la gente se de cuenta, realmente, de lo que le pueda estar sucediendo. Es como esa frase de ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’.
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