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La generación de la emoción mal gestionada

¿La qué? ¿La generación de la emoción mal gestionada? ¿Los síntomas y la emoción tienen algo que ver?

Vemos muchas personas a lo largo del día, de la semana, del mes…

Y una vez a la semana, y luego otra a final de mes, solemos ver un poco como estamos nosotros. Qué tipos de pacientes acuden a la consulta, los que nos referencian, los que dejan de venir, los que continúan, etc. Ya no por estadísticas típicas de empresa,
si no por ver en qué campo energético nos encontramos. En qué momento vivimos. 

Os pongo un ejemplo típico de emoción VS síntoma:

La semana que empieza el frío, es decir, hace ya unas tres semanitas, tenemos muchas anulaciones. Por un lado de resfriados en cama, y muchas llamadas nuevas de resfriados a tratar. Y la única diferencia en esto, es las ganas de la persona o el entendimiento que tiene tanto de su cuerpo, como de la quiropráctica.

Evidentemente si uno tiene una diarrea de caballo, será difícil moverse.
Pero si tienes fiebre, a tu cuerpo le vendrá bien un ajuste. En el momento en el que se coge un resfriado, el sistema nervioso ya no estaba colocado a su cien por cien para hacer todas sus funciones de: ¡DEFENSAS, DEFENDED! Y eso, puede ser por infinitos motivos. Estos motivos se englobarían en tres campos, como ya os expliqué en diferentes artículos como ESTE que es vital para nosotros sobre maneras diferentes de vivir de manera más saludable.

Repetimos:

Estos tres campos que tendríamos que cuidar son: el físico, el químico, y el emocional.

¿Veis la relación entre los tres? Si la emoción está mal, el químico empeora, el físico también, y así, en bucle, o incluso en el orden inverso.

No te creas que alguien se resfría por coger frío. Hay una barbaridad de personas que van bien abrigadas y justo la semana de un disgusto personal o en el trabajo, se constipa.

Lo único que indica eso es que te han bajado las defensas, y nosotros explicamos que incluso ahí la quiropráctica puede ayudar.

¿Por qué?

Por que al sufrir un estrés, de cualquiera de estos tres campos, el cuerpo se cortocircuita. Y un quiropráctico cumple la función de ordenar todos esos cables de dentro del cuerpo para que funcionemos al 100%. (Quiroprácticos del mundo, no me maten, que yo lo escribo para que los no-técnicos me entiendan).

Son muchos los pacientes que nosotros llamamos ‘veteranos’ y que antes de una reunión, de un viaje de trabajo, de un cambio personal, o de una temporada de exámenes, nos llaman.

Suele ser algo así:

-’Hola! se que no tengo hora hasta dentro de dos semanas, pero me mudo el fin de semana y justo el viernes tengo examen final de trimestre, y me va a explotar el cuerpo de estrés’.

– Claro, ven, hoy o mañana X hora.

Así son nuestras conversaciones.

Tenemos una agenda prevista, y nunca pasa un día sin que unas 4 personas como mínimo se añadan.

Eso es una de las cosas que más nos gusta, porque significa que hemos enseñado bien lo que queremos transmitir.

Cuando viene una primera visita, con una dolencia o un síntoma, ya des del principio explicamos que evidentemente esa cosa X mejorará, porque los cables van a estar en su sitio, pero que la intención principal de la quiropráctica es la prevención.

Tenemos niños veteranos,

(niños que ya tienen 20 años pero yo los llamo niños porque así los conocí) que se han resfriado una vez en su vida. Que al tomar decisiones difíciles han venido a ajustarse, y que siguen las recomendaciones de salud y prevención al máximo.

Estas si que son las personas que deberían dominar el futuro, babies.

Y yendo un poco más allá, en el apartado holístico, muchas veces al ver a una persona con algo repetitivo integramos la biodescodificación en nuestras charlas. Sí, nosotros trabajamos el sistema nervioso y la columna vertebral pero siempre que alguien viene con un síntoma repetitivo, suele coincidir con algo repetitivo en su vida también. Algo no gestionado, no cerrado, un mal trago, etc.

Por ejemplo: 

Una persona que necesita parar, se puede acabar rompiendo una pierna si con las pequeñas cosas de la vida no lo entiende (fiebre, resfriado, contractura…).

Una persona que habla demasiado sin pensar, se le puede ir la voz a menudo, o algo relacionado con ese aspecto.

O los problemas repetitivos en la piel, que son rabias o rabietas que desconocemos pero en el fondo se quedan ahí ‘sin tratar’.

Muchas veces el síntoma, nos dice que nos pasa en nuestra vida, pero no queremos verlo.

Entonces, ¿los síntomas y la emoción tienen algo que ver?

Conclusión;

Para empezar con algo, quédate con esto: 

Al sufrir un estrés de esos tres tipos, el nervio se tensa y la vértebra se mueve, o viceversa, y de ahí empiezan las defensas bajas y el posible resfriado o la mala gestión de las emociones.

Cosas tan tontas como: 

– Coger frío,
– sentirse rechazado,
– tener un exceso emocional,
– un problema distinto a los normales por gestionar,
– pasar por un día eterno y triste,
– algo que uno se calla,

y un largo etcétera que yo resumo en: la vida.

Así que si te sucede ‘la vida’, estás a tiempo de prevenir muchas cosas que luego vemos en mayores y ellos dicen: claro, tendría que haberme cuidado antes.

Os dejo esta frase de este artículo de La Vanguardia que nos encantó:

‘Una persona que siempre tiene prisa puede desarrollar un nódulo en el tiroides, que envía más tiroxina y aumenta el metabolismo del cuerpo, eso la hará más rápida.’

Todo lo que captamos a través de los cinco sentidos, de los captadores neurovegetativos que vienen del interior del cuerpo, lo que pensamos o imaginamos, se traduce en realidad biológica.’

 

Somos la generación de la emoción mal gestionada, por todos los cambios mundiales que nos caen encima sin encima decidirlo;

Decide algo, decide cuidarte.

 

¡Os esperamos!

 

 Ilustración: Colaboración con Anna,
¡ Gracias, @annetplanetcomics !

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